domingo, 24 de mayo de 2009

Re-encuentros (otra carta a mis ex-compañeros)

Qué alegría, amigos, volvió Marcial a las noches de tertulia ex-ruiztaglina.

El otro día estuve buceando por el mar de mails para ver si te encontraba y uno de Entel me rebotó, y la duda quedó, ¿que será del "guatón"?, y no vi su fotografía en las anteriores veladas; como llevaba unos días fuera de mi casa, y había tenido dificultad para conectarme a la web por las noches, creí que ya no se reincorporaría Marcial, y me llevé entonces una alegría, que hoy se hace sólida con este anuncio de que en efecto apareció. 

Dónde estabas, durante todo este tiempo nadie te a podido sustituir; por qué con una sobriedad no exenta de sentido del humor, algunos han mantenido el sitio de su compañero con una dignidad siempre emocionante. (te acordai del "guatón"..., que será de él) 

Yo soy un lector de e-mails, sobre todo un lector de libros, de poesía y periódicos; y leer cada día estos correos sabiendo que le círculo de agranda, que aparecen viejos compañeros... Y claro es lógico que la vuelta de Marcial me llene de emoción como compañero y amigo, como fue la vuelta de muchos más, que ya mencione en los mails anteriores. 

Tantos años de vida, tantos años de vivencias, muchos años de ausencia: la condición humana deja al descubierto sus mejores virtudes y sus tristes miserias cuando de figuración se trata. La juventud que ayer tomamos luce hoy remozada o desgastada (depende del caso). Las fisuras en nuestros rostros han sido cubiertas con una gruesa capa de buena narrativa, de loca imaginación, de sesuda investigación. Gracias a ello, a nuestra capacidad de crecer, el reunirnos tiene vida propia. Nutren los vacíos corredores con estupendas páginas de esto o aquello. Mejor no pronunciar nombres propios, pues injustamente omitiría alguno. Pero en fin, gracias a todos y cada uno de nosotros los sobrevivientes. 

La algarabía que solía escucharse desde la sala de clases es tan solo un susurro ahogado entre gargantas que ahora quisieran hablar, aunque algunos callaron cuando no debían. Sí, mi voz era importante para el equilibrio y no se alzó. La tuya Jorge, que redundaba en sabiduría, no se escuchó con fuerza. La perfección de tu timbre Leo, de nada sirvió cuando nos llamaste la atención, pues terminaste concentrado entre tus viejos papiros y no impusiste tu bella persona. Feña, amigo del alma, te alejaste por tonteras un día y a tu regreso quisiste, como siempre, componer las cosas. 
 Y tu, Lucho_rosco, si hubieras desnudado el hielo con el grito que lo haces hoy, imparcial, tal vez habría hoy agua en la fuente de muchos. Y yo tambien tengo mis viejos silencios.
La voz de Jaime se silenció un mal día, pero no por voluntad suya; él hablaba fuerte y franco, y aunque pudo errar mucho, alguna verdad dijo. Pero la voz de la enfermedad gritó más fuerte, hasta matarlo. Otra vez silencio. 

Ahí entendí que no éramos lo que soñábamos: un mundo ideal, donde la pluralidad y el desgobierno eran la norma. Y ése mismo día murió el sentido común para el mundo que conocia.. 
 
Hoy sé quien soy, qué necesito y qué busco en todo esto. Sé que lo me pertenece, pero no estoy seguro de pertenecerle a algo o a alguien. Por eso fue que tomé la decisión de partir fuera, en busca de ése que no tiene prisa, al que le resbalan las cosas y todo le sale bien, salvo cuando le salen mal.   

Por eso es importante decir las cosas y no callarse, porque el tiempo pasa y nunca uno dice lo que piensa, se lo calla y la gente ya no esta. 
 
Bienvenido Marcial, nos vemos el 25

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