miércoles, 1 de julio de 2009

Cultura - Poder - Tolerancia

Pertenecemos a una cultura que da a lo racional una validez trascendente y a lo que proviene de nuestras emociones, un carácter arbitrario.

El conocimiento da poder y legitimiza la acción, aunque esta sea la negación del otro. El poder surge con la obediencia y la obediencia constituye el poder como relaciones de mutua negación.

La tolerancia es una negación postergada, tolerar es decir que el otro esta equivocado, dejándole estar por un tiempo.

Las relaciones jerárquicas son relaciones fundadas en la sobre valoración y en la desvalorización que constituyen el poder y la obediencia y por tanto no son relaciones sociales.

¿Me podrías decir por qué?

Aún tu olor está en mi cama, recuerdo al principio (y aún lo hago) cuanto te veía, tratando de descubrir tus pensamientos. El sabor de tu boca me señala el camino que me arrastra a tu cuerpo.

Porque te tengo y porque no, porque te pienso también, porque la noche está lluviosa, porque la noche pasa y digo tu nombre porque has venido a mi cama a recoger tu imagen y eres mucho mejor que todas tus imágenes, porque eres más desde el pie hasta el alma, porque eres más desde el alma a mí, porque te escondes en mis brazos, porque me perteneces y porque simplemente no me perteneces, porque te miro y sonrío. Y me preguntas por qué sonrío.

Tú siempre existes donde quiera, pero existes mejor donde te quiero, porque tu boca es sangre y tienes frío, aunque te busque y no te encuentre y aunque la noche pase y yo te tenga y no. Sabes que ya no será igual, porque mis besos te han bañado, mis caricias te han dibujado y mi cuerpo te ha hecho suyo.